miércoles, 7 de mayo de 2014

EL DESIERTO QUE LLORA

             EL DESIERTO QUE LLORA




   Cuando preguntas a la gente de qué color es el mar o cómo es el desierto y nada más saben que responderte que el mar es azul y el desierto una masa de arena inmóvil, no te preocupes.
  Yo tardé 23 años de mi vida en encontrar alguien que me enseñara a ver, que el mar tiene muchos colores y el desierto no para de moverse.
  Desde entonces he aprendido a ver los mil matices de la vida.
  Todo ocurrió cuando transitando por el desierto del Sahara, percibí de pronto un rumor como de hombre que pena y gime.
   —¿Será —me dije— el rumor del viento que resbala sobre la arena?
Entonces pregunté al árabe que me servía de guía:
   —¿No oyes ese rumor que parece el gemido de un hombre en pena?
   ---Sí, lo oigo
   —Y ¿sabes qué podría ser esto?
   —Es el desierto que llora
   —¡Cómo¡ ¿El desierto que llora?
   —Sí, todas las noches a esta hora, el desierto llora y se lamenta, porque quiere ser pradera.


  





  

1 comentario:

  1. Nunca llueve a gusto de todos, amigo Artur! Aunque tal vez si fuese pradera no lloraría...

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