domingo, 1 de noviembre de 2015

LAS BOLAS CHINAS

                         LAS BOLAS CHINAS


   Perdón quise referirme a las damas chinas, aunque en realidad ambas cosas funcionan con bolas Unas son más grandes y de uso muy particular íntimo e intransferible (si sois féminas sabéis de que hablo) Las otras son más pequeñas y se utilizan en sociedad hasta seis participantes.
   Pero tanto unas como otras son un asunto de bolas, de ahí la confusión.
   Todo empezó un reciente fin de semana que si tenéis paciencia os voy a explicar.
   Resulta que fui a pasarlo en la casa fuerte mal llamada Castillo de Fluviá. Es una gran construcción que ha sufrido muchas modificaciones, pero que todavía conserva adosada la pequeña iglesia de estilo Románico Lombardo del siglo X, dedicada a San Cebriá.
   En el interior de la casa ahora muy cambiado, hay largos pasillos, techos altísimos, puertas misteriosamente cerradas a pasadizos secretos, escaleras majestuosas con barandas de piedra labrada, multitud de rincones que forman un laberinto que inspiran a la imaginación a persecuciones amorosas en juergas nocturnas de los señores feudales. Vaya que si las paredes hablaran seguramente las famosas Cincuenta sombras de Grey parecerían un cuento de hadas.
   Tal como dije su interior está modificado para uso de casa de colonias, de ahí mi presencia con mi nieta en este peculiar lugar.
   El caso es que estaba escribiendo en paz en una de las habitaciones utilizada para relax de los sufridos progenitores. Fuera hacía un día soleado y posiblemente oliendo a campo. Los peques habían desaparecido, de manera que lo que antes fue bullicio de portazos, chillidos y corredizas, había mudado a calma y paz. En la casa sólo quedaban algunos padres y madres que gozaban de momentos de merecido descanso.
   Pero pasó algo singular. De golpe una voz, casi como un grito a arrebato rompía el silencio de iglesia.
   --¿Quién viene conmigo?... ¡Llevo las bolas chinas! --la voz alternaba el anuncio con grandes risotadas que se oían a varios kilómetros a la redonda.
   De verdad que no exagero, Luego supe que Areli era la protagonista. Esta mujer siempre de broma buscando doble sentido a los eventos o al menos eso me pareció después.
   Ganaréis bingo si suponéis que eso de las bolas chinas me sonaba como algo... bueno sin comentarios cada uno que piense lo que quiera. Pero claro como hombre que soy, solamente faltó esa confusión de bolas para que mi turbulenta imaginación empezara a funcionar, (si sois mujeres aquello que a cada momento nos soltáis. "joder los tíos siempre pensando en lo mismo").
   El caso es que Areli que como ya os dije era la anunciante, es una mujer muy alegre. No tiene demasiada estatura, una cara redonda y repito siempre dispuesta a la broma, en especial a aquella picante o que se le pueda dar un doble sentido.
   Cuando se ríe lo hace como ya indiqué de forma franca, abierta, sonora, entonces se le marca un hoyuelo en su mejilla que le da un toque picarón. Se peina hacia atrás dejando una frente despejada como un campo de fútbol. Tiene unos ojos estirados y relativamente pequeños y su piel se tiñe de un barniz que le hace resaltar su tono un tanto tostado. Es la propietaria y promotora de eso que mi mente demoníaca confundió con las verdaderas bolas chinas, y que en realidad se trata del juego de las damas chinas, supongo que esas damas quizás utilicen esas equívocas bolas producto del entuerto.
   Os voy a explicar en que consiste el juego de las damas chinas, lo otro me permitiréis que guarde el relato para mejor ocasión.
   Este entretenimiento lo forma un tablero en forma de estrella de David, con seis casillas en las puntas pintadas en distintos colores formando cada una de ellas un triángulo equilátero que contiene diez bolas que han de ir saltando como un saltamontes que abre camino hacia el triángulo opuesto. Gana quien lo ocupa primero. Bueno parece fácil... ¡error grave! Tiene su estrategia.
   Eso de la táctica nos fue explicado una y otra vez por Mónica a los neófitos en ese juego, pero ni caso. Conclusión nos dieron una paliza detrás de otra. Y es que Mónica se toma muy en serio ese juego. Una y otra vez nos dijo que se trata de llegar y no de defender, es decir siempre adelante hacia el objetivo y no de obstaculizar a nadie, ya que nadie es enemigo por lo menos al principio de la contienda. Es como el Camino de Santiago todos los peregrinos hacia delante para llegar a abrazar al santo.
   Pero claro los principiantes y los listillos como yo erre que erre a mantener las bolas en sus casillas como guardianes del castillo haciendo la puñeta, pero en mí que soy viejo y torpe es entendible.
   Bueno Mónica es una mujer generosa y por eso disfruta enseñando. Me hacía gracia cuando explicaba el espíritu del juego, lo hacía de forma didáctica. De hecho en cierta forma por su aspecto bien podría ser una maestra. Una sonrisa contenida no exenta de un halo misterioso que junto con su mirada le dan un aspecto intelectual. Siempre alerta en los modales de los niños que constantemente la rodean. Para ella el juego como todo lo demás supongo que sustenta una base para poder analizar su esencia.
   ¡Ay! las bolas plateadas como si fueran perlas son las preferidas por Teresa. Persona controladora de los riesgos a juzgar como dejó en casa los balines de la pistola de juguete de su hijo, no fuera que algo saliera mal. Ella cabe en los rincones, se ahueca y ya está colocada, y es que su cuerpo espigado de pasarela se lo permite. Tiene una cara a juego, delgada con una nariz espigada y unos ojos hundidos en cuencas por tener carillos abultados, graciosos y delicados como de muñeca de porcelana. Su mirada suele ser lánguida lo que la hace interesante. Sus manos con dedos finos y alargados. Su pelo rubio en caída libre sobre sus hombros de manera con un descuido meticulosamente preparado. No recuerdo pero me parece que nunca ganó, lo que si hizo fue reír sin parar.
   ¡Vaya con la lentitud! Cada movimiento de Marga daban ganas de irse a tomar un café y a la vuelta seguro que todavía debías esperar su movimiento.
   Pero bueno no dejo de reconocer que esa malloquina solía ganar, eso era precisamente la aplicación de la estrategia que nos indicaba Mónica para aplicar en este juego. 
   Marga nombre más mallorquín no existe, es un nombre de flor como es ella misma. Una flor envuelta en su foulard alrededor de su cuello de forma extremadamente femenina. No habla mucho esa es la verdad pero porque seguramente piensa mucho, es afable, cariñosa. Da aspecto de confianza y abrirte con ella debe ser fácil por ser persona que sabe escuchar dando cobijo a tus palabras.
   ¡Vaya un escritor en ese grupo! otro como yo. Jordi primo de Mónica, robusto, alto, con barba de dos días, le gusta leer y tiene una novela empezada, parte de ella escrita en los aviones durante el vuelo. 
   Se agradece su esfuerzo por hablar en catalán. Ciertamente al principio es un tipo un tanto cerrado pero al final se abre y es sumamente agradable, es interesante aprender de sus argumento sobre la vida en general.
   La verdad es que al igual que yo nunca ganaba, pero a diferencia conmigo se quedaba al borde del éxito, siempre le truncaban sus jugadas las mujeres  (ya se sabe maniobras sibilinas de apoyo entre ellas, Y eso que estamos en un mundo machista...¡joder ver para creer!).
   Y para finalizar el relato el último jugador Alex. Y digo el último porque le costó meterse en el juego. Estuvo de observador muchas partidas valorando si meterse o salir a fumar, al final prevaleció la primera opción.
   Bueno que decir de este caballero. Joven pero con la experiencia de una vida llena de eventos a cual más difícil. Sus estadios en esas casas de colonias le alivian un poco el peso de las nubes oscuras que suponen un peso sobre su alma. Es protagonista de una historia de aquellas que escritas en una novela son poco creíbles y que se necesitaría un libro de muchas páginas.
  Es un hombre sincero, amigable a la vez que agradable en su trato y convivencia. No logro recordar si ganaba las partidas, pero en cualquier caso si ganó la partida del buen rollo con todos.
   Dejo en la orilla muchos otros personajes que hicieron agradable mi estancia en esa casa y a los que aprovecho para agradecer, Jonhatan, Manel y tantos otros. Gracias,
   Doy así cumplimiento de mi promesa de explicar una pequeña parte del tiempo vivido en ese fin de semana.




   



miércoles, 21 de octubre de 2015

PRESENTACION EN BIBLIOTECA NIN


                     PRESENTACIÓN BIBLIOTECA NIN


   El pasado jueves 15 de octubre tuvo lugar en la Biblioteca NIN de Barcelona, la presentación de la última novela de Arturo Daussà.
   Hubo un debate interesante sobre la actual ley de violencia de género y sus lagunas.
   Varias asociaciones de custodia compartida expusieron sus motivaciones y pusieron sobre el debate experiencias sobre el tema.
Al mismo tiempo otras manifestaron sus contraposiciones.
   Al final se procedió a la firma de libros y después tomando una copa se acabó el acto.
   


CONFERENCIA EN CENTRO ASTURIANO


                   CONFERENCIA CENTRO ASTURIANO


    El pasado domingo 19 de octubre en el centro Asturiano de Barcelona, con motivo de la celebración del día El DESARME, y antes de la comida típica de este día, fue grato dar una conferencia sobre la historia del feminismo desde sus albores hasta nuestros días.
   Al finalizar se presentó la novela NADA ES LO QUE PARECE, y firma de libros.
   Fue un acto interesante.




lunes, 31 de agosto de 2015

UN BAR MUY SINGULAR



                                         UN BAR MUY SINGULAR



   El bar llamado La hoguera de las vanidades es un sitio un tanto original. Está cerca de mi casa en la esquina de Amador con Conquistador y por eso suelo frecuentarlo bastante. Y porque además allí encuentro muchas singularidades que aprovecho para mis novelas.

   Os voy a explicar una de esas curiosidades.

   Era el martes de la primera semana de enero, fuera hacía frío y llovía. Los cristales de las ventanas que daban a la calle estaban entelados, con la punta del dedo se podía dibujar alguna cosa, digo esto para que me entiendas. 
   Estaba sentado al lado de una de esas ventanas ante una taza de café humeante. Delante y a mi derecha en otra mesa una pareja hablaba en un tono un tanto que rompía el ambiente de calma del bar a esa hora cayendo la tarde.
   No pude remediar arrastrar con mi culo la silla y acercarme hacia ellos para oírles con más claridad. Lo hice con disimulo, os lo aseguro, pero una de las patas de mi silla me delató con ese ruido que pone los dientes a parir. Entonces el chico paró de hablar al oír eso y me miró con aquellas miradas de tierra trágame.
   Yo disimulé haciendo ver que intentaba alcanzar el servilletero de papel de estaba en el otro extremo. El hombre tragó el anzuelo y prosiguió hablando como si yo no existiera.
--Como te decía Leonor hay clases de hombres y mujeres.
--Vale hombre menuda cosa --hablaba la chica-- ya estamos como siempre... a ti te ha afectado el nombre de este bar La hoguera de las vanidades. Pues te diré la novela que lleva este título no me gustó nada, es un rollo. Pero explícame eso de las clases que dices. Listillo que eres un listillo... ¡joder!
--Mira no seas tonta a mí Tom Wolfe me gusta como escribe y ese libro es cojonudo. Pero eso que te decía de las clases de gente es cosa mía. ¡caray! ¿no puedo tener ideas propias o qué?
--Bueno no te cabrees y explícamelo, anda que no tengo toda la noche.
   El tipo se removió en la silla como preparándose para largar un discurso. Yo creo que en realidad ganaba tiempo para ordenar sus ideas y soltarlas de manera coherente. Además se notaba mil horas lejos que quería deslumbrar a la chica.
   Eran jóvenes y de buen ver, casi os aseguraría que en último curso de alguna universidad.
  El chico tomó un sorbo de algo que tenía en la taza pero que no era café a juzgar por el tamaño de la misma, seguramente alguna infusión. Empezó a hablar.
   --Pues muy sencillo hay tres clases.
   --¡Pero qué dices! hay mil matices en las relaciones humanas.
   --Tienes razón, pero tú haz la prueba en alguna cena o reunión y acuérdate de lo que te voy a decir. O repasa como son tus amigas.
  --Bueno vale y qué clases son si se puede saber --ella arrastraba las silabas como mostrando sumisión ante tal tontería.
  --Verás los nonos, los yoyos y los nisininos.
 Ella se puso a reír inclinando la cabeza hacia atrás, llevaba una cola de caballo y le colgó por el respaldo. Entonces se dio cuenta que todo el mundo la miraba, con disimulo eso si. Volvió a su postura inicial y colocó las manos a modo de bocina delante de la boca amortiguando la carcajada. Cuando se calmó le dijo.
   --Serás burro pero aunque no tengo ni puta idea de que hablas, reconozco que tiene gracia.
   --¿Te lo explico o no?
   Ella asintió con la cabeza, ahora su carcajada había bajado a los decibelios de sonrisa
  --Verás los nonos son aquellos que se pasan el día con lamentos, los del vaso vacío si quieres. No pillaré a tiempo ese tren, no me aprobarán, no me puede ayudar nadie, no tengo un  duro, no saldrá bien, no me como un rosco, no lo acertaremos, no encontraré entradas, no habrá aparcamiento, no me dirá que sí, no querrá salir conmigo,no saldrá el sol... Pero lo preferido para ellos es cuando dicen y repiten: Estoy hecho una mierda.
  --Joder es verdad tengo amigas así... pero ¿Qué les dices?
  --Cuando me han repetido cuatrocientas veces que están hechos una mierda me acercó a ellos y hago como si los oliera
  --¿Cómo un perrito?
  --Justo así, y entonces les digo que si son mierda no huelen a caca. Algunos los inteligentes se ríen, otros se cabrean.
  Ella se puso a reír, no esperaba eso. Preguntó hablando de manera acelerada con interés para que continuara enseguida.
  --Y eso del grupo yoyos ¿cómo son?
  --¡Uy estos! ¡cuidadin! son aquellos que sólo saben escucharse a sí mismos. A mí me cargan porque no paran de minimizar lo que los demás explicamos quieren ser el centro y cortan continuamente el discurso de los demás. Yo le hubiera dado dos hostias, yo se lo diría bien claro, yo conseguí acabarlo, yo llegué el primero, yo estuve allí, yo no tengo más dinero porque no quiero, yo no leo pero sé de que va, yo hubiera estado allí y enseguida se arreglaba, yo no estoy para esto, yo la hubiera cuadrado, yo no sé pero las tías me besan los pies al acabar de follármelas, yo fumo pero cualquier día puedo dejarlo, yo no quiero decir nada para no joderos pero con lo que yo sé, yo me cuadro ante quien sea...
   --Y qué les dices cuando te cargan tanto.
   --Aquí es complicado porque cuando lo hago suelo perder el amigo.
   --¿Qué coño les haces?
   --Suelo llevar un espejito de esos de las tías, uno de lo chinos.
   --¿Un espejito de esos redondos?
   --Sí esos. Se lo doy y les digo. Me he de ir pero ten esto aquí encontrarás la persona que más quieres y más te adora. Y me largo.
   --¡Qué fuerte!
   --No te creas algunos lo han tomado bien otros si te he visto no me acuerdo.
   --Quedan los nisininos. Supongo son los indecisos como mi amiga Marta que es imposible quedar a una hora concreta.
   --Pues sí más o menos así. Son personas que han firmado su dni porque era obligación.Nunca toman partido ni asumen compromiso, navegan entre dos aguas como las medusas. Son los que acaban la frase con aquello de... en principio o ya veremos, luego más tarde hablamos, mejor me llamas, seria bueno ahondar más, quizás otro día, puede ser, no me pidas eso ahora, bueno ya te contestaré, depende...
   Se hizo un silencio entre ellos, la chica alargó la mano por encima de la mesa hasta alcanzar la de él. Le miró directamente a los ojos y preguntó.
   --Y tú a ¿qué grupo perteneces?
  Se notaba que él se quedó descolocado yo pensaba que  seguramente se sentía como si le hubiera tocado un torpedo debajo de la línea de flotación.
  Pero estaba equivocado, sonrió y contestó casi en un susurro.
  --Yo soy del grupo ¿En tú casa o en la mía?
  Ella le soltó a mano de golpe, pero se notaba de sobras que aquella salida le había complacido.
   --¡Burro que eres un burro! Anda vamos que se nos hará tarde.

  Ya estaba oscuro pero aún pude ver a través de aquel vidrio entelado la silueta desfigurada de los dos abrazados que cruzaban la calle.



   


domingo, 23 de agosto de 2015

EL CAPITÁN Y LA CHICA DEL ADIÓS.



                 EL CAPITÁN Y LA CHICA DEL ADIÓS

   Ella tenía la mirada perdida entre la niebla de aquel frío y húmedo amanecer. Pensaba que pronto aquella calma desaparecería en el éter y solamente quedaría el recuerdo.

   Llegaron delante de la estación y bajaron del jeep, parecía que toda la población de Chartres estaba allí. Multitud de soldados, banderas, brazos en el alto, marchas militares, abrazos y besos.
   Una vez en el andén se quedaron en un rincón relativamente tranquilo. Flotaba un olor a aceite metálico mezclado con rata podrida. La luz de las farolas resbalaba por encima del techo de los vagones.
   Allí en ese espacio especial para los manos.
  -Tendrás un buen viaje -dijo ella sin dirigir la mirada hacia él.
  -Sí ya lo sé, la vía está bien vigilada seguro que no tendremos problemas..
  -¡Ojala no te tuvieras que marchar!
  -Eres muy buena conmigo, pero tú tienes tu familia, tu trabajo, tu vida está aquí con los tuyos, no te quedas sola.
  Se quedaron en silencio, uno de aquellos que rompen el alma.
 -¿Crees que eres muy mayor para mí? -Le preguntó ella ocultando la mirada hacia el suelo. Cómo escondiendo la verguenza por la pregunta. 
 -Sí es verdad...¡Soy muy mayor para ti!
 Entonces se acercó hasta casi tocarle el hombro, sobre sus mejillas se posó un tono rosado y arrastrando las sílabas, como rogando le susurró.
 -Ya sabes donde encontrarme, cuando quieras ahí estaré -hizo un gesto un tanto infantil alzando los hombros- ... si alguna vez tienes ganas de volver a verme.
 -Me gustaría mucho- contestó mostrándole una cálida sonrisa.
 Ella sentía una sensación nueva, o quizás olvidada por la guerra. Era como si  no supieran decirse adiós. De golpe se alzó de puntillas y le besó tiernamente en los labios.
 -Te encontrará a faltar- sus húmedos ojos reflejaban una luz tenue que empezaba a romper la amanecida.
 Él volvió a sonreír y la abrazó calidamente, ninguno de los dos tenía fuerzas para separar ese abrazo, hasta que sonó el pito agudo de la locomotora anunciando su inminente salida hacia el frente del este.
 -Yo también te encontraré a faltar, recuerda nuestra noche en la casa del lago, eso permanecerá siempre en nuestros corazones, ya nada ni nadie nos lo podrá arrebatar.
 -Cúidate y vuelve, ahora se que tengo un objetivo en la vida, que puedo amar y ser amada.
  El factor de gorra colorada mirando hacia el maquinista subía y bajaba la mano como si tirara de la cadena de una cisterna dando
 salida al tren.

  Atrapó al vuelo el agarradero del estribo del vagón, justo en el momento que la locomotora aceleraba, soltando chorros alternativos de vapor blanco que resbalaban por el andén que iba dejando atrás mientras se diluían.
  El brazo levantado de ella se iluminaba intermitentemente por las luces de las ventanillas de los vagones que tomaban velocidad. Al final solamente dos luces rojas a lo lejos encima de la vía.

  Mientras volvía recordaba la noche vivida. El día se abría de manera que el sol aparecía en un cielo azul enmarcado por el norte por unas grandes nubes negras, y por el oeste por otras como enormes algodones blancos.

   

NOVELA DE INTERES


                                         NADA ES LO QUE PARECE

                                YA EN LAS LIBRERÍAS

   Autor Arturo Daussà    editorial Lantia Publishing
                                         ISBN 987-16-35030-11-2


     Venta en: Casa del libro, Corty, fnac, Amazon y librerias 

     Puede ir leyendo el primer capítulo en entregas diarias en:

                   http://wwwfacebook.com/artur.daussa

    Basada en hechos reales de la historia de dos familias que se encuentran por un horroroso crimen.
    La violencia de género vista desde dentro.





lunes, 1 de junio de 2015

PREMIO LITERARIO



                                  CERTAMEN TAMARIU 2015


  Entrega de primer premio a Arturo Daussà por su cuento
   EL SOLITARIO.

   31. mayo 2015 en Girona
irona

domingo, 24 de mayo de 2015

CONVIENE SABER





                                     CUSTODIA COMPARTIDA




Un sencillo ...¡VETE A LA MIERDA!... ¿puede hacernos perder la custodia compartida de nuestros hijos?

¿Cuántas muertes aparentemente son suicidios?

¿Se puede llegar a asesinar por celos?

¿Cuantos cumplen cárcel por denuncias falsas?

PROXIMA APARICION EN LIBRERIAS


NADA ES LO QUE PARECE

Basada en hechos reales

domingo, 1 de febrero de 2015

LA GRAN SORPRESA

                                                                                             Fbro 2015
                          LA GRAN SORPRESA             


   Su trabajo perdido y aislado en pena selva amazónica, empezaba a almacenarse en su memoria. Aquella casa de palma cónica que ellos llamaban el isode. Los interminables rituales. Su guía, aquel chamán de nombre complicado Yähui-märi, de difícil olvido cuando supo que quiere decir el espíritu del tigre. Las interminables fiestas de aquella tribu los Piaroas. El ritmo repetitivo de sus músicas. La sencillez de sus costumbres. Las lecciones de vida aprendidas. Todo tan diferente del mundo de dónde él venía.
   Había llegado el momento de incorporarse a su vida, su universidad, sus conferencias, el mundanal ruido de su ciudad europea.
   En esos dos años de asilamiento nada sabía de Julia, pero no por ello dejó de visitarla cada día en sus ensoñaciones. Su nuevo encuentro sería una sorpresa. Estaba seguro que lo súbito incrementaba potencialmente el sentimiento, tanto para lo bueno como para lo malo. Al menos eso había aprendido de los Piaoras, por eso no dijo nada de su regreso.
   Llevaría un regalo, algo así como un testimonio de que ni siquiera la distancia había sido el mínimo olvido, contrariando la letra de la canción del compositor Orozco.
   Una cajita de madera Mara-caoba en cuya tapa incorpora la escultura de un delfín rosa hecho con madera de Curupau. Su interior con tres compartimentos, uno para una peineta, otro para un peine hechos de Bejuco y un tercero para una pinza de pelo confeccionada con látex de Siringa.
   Si algo cuidaba Julia era su pelo, una melena rubia que iluminaba su cara. Cada noche pasaba rato alisando sus mechones hasta dejarlos con una suavidad esponjosa que tentaban su caricia.
   Llegó a la ciudad pasada la tarde, todavía arrastraba el cansancio del largo viaje de vuelta, pero el esfuerzo había valido la pena, seguro que ella se sentiría doblemente amada por el sorpresivo reencuentro.
   Llegó delante de aquella puerta que pronto sería la de la casa de ambos, llamó al timbre discretamente, como si fuera el cartero. Su mano acariciaba en su bolsillo el regalo, esa caja para el peinado; original y sorpresiva.
   De golpe el umbral se iluminó atravesado por la luz del interior, Julia se echó a sus brazos en un cálido abrazo.
   Enseguida notó que llevaba su cabeza cubierta por un pañuelo, y al pasar la palma de su mano por el cogote para atraerla hacia sí y besarla en los labios, supo que estaba sin pelo. Aquella hermosa y espléndida cabellera había desaparecido, como desaparece el agua vertida sobre la arena.
   Una vez entraron se fijó encima de la mesa del recibidor dos cajas de pastillas, él conocía perfectamente ese medicamento compuesto de nirtrosoureas, utilizado para la quimioterapia.
   Intentó amortiguar los sonidos del tambor que se había instalado en su corazón, tiempo habría para hablar. Se metió la mano en el bolsillo del abrigo y volvió a acariciar aquel regalo que nunca nadie recibiría, mientras en sus oídos se instalaba un eco lejano de los tambores de los Piaoras.