viernes, 21 de marzo de 2014

UN GRAN EGOISMO

                   
             UNA DE LAS MÁXIMAS EXPRESIONES DE EGOÍSMO

   Cuando un pintor se pone delante de una tela, un escritor ante los folios, o un escultor ante la piedra, desean transmitir sobre una tela, un libro o una escultura, una idea, un sentimiento, una historia o simplemente el deleite de una cosa bien hecha. Y esto se puede trasladar a todas las disciplinas.
   Eso es verdad en casi todos los casos, pero es mentira afirmar que muchos artistas sólo crean para guardar sus obras en almacenes oscuros y olvidados, o que las cuartillas escritas sean para guardarse en el cajón de la mesa de autor.
   Casi todos crean para que su obra vea la luz, aparte de intentar algún beneficio material.
   Es por ello que no entiendo algunos coleccionistas que van en contra de esos principios, siendo unos amantes de las artes.
   Me refiero a los que encargan el robo de obras de arte públicas de gran valor artístico.
   Esas obras hoy en día están catalogadas y por tanto perfectamente identificables, la cual cosa obliga al tenedor último a mantenerla para su único disfrute. Ni siquiera poder sentirse orgulloso de su posesión delante de nadie sin correr el riesgo de ser descubiertos, tampoco para obtener beneficios económicos ni para ellos, ni sus sucesores.
   En definitiva se obligan a mantenerlas ocultas, privándonos a todos poder disfrutar de esas obras de arte antes públicas y ahora desaparecidas.
   Estas personas están demostrando una de las máximas expresiones del egoísmo humano.

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