jueves, 13 de marzo de 2014

ESPERANDO EN EL AEROPUERTO

                             
             ESPERANDO EN EL AEROPUERTO       

 



   No paraba de mirar el reloj, parecía que las horas se habían convertido en tortugas, despacio, despacio. Era cómo si ese reloj dejara de ser un objeto vintage para convertirse en antigüedad.
   Pero su mente era una liebre, saltaba y saltaba uniendo los recuerdos de momentos vividos hasta formar un gran lazo que le permitiera unir la distancia, al otro lado del atlántico.
   Sin embargo lo único real era los minutos vividos, aquellos que sustentaban el presente y que conformaban sus deseos de amar, eso era todo, así de simple, así de sencillo, amar y ser amado, nada más.
    Otra vez el reloj, las manecillas llenas de pereza que no consiguen parar el ansia por embarcar a bordo. ¡Ojala pudiera volar como un pájaro¡ 
   ¿Volando? Sí como un albatros que asciende y asciende para bajar en círculos mientras otea el lejano horizonte, aquella otra orilla unida por el lazo construido con los recuerdos vividos.
   Entonces el deseo de los abrazos, de la piel con la piel, los labios con los labios, las manos con las manos, las suaves caricias que levantan vibraciones, eso está al otro lado; pensando en ello toma fuerzas, aletea las alas y coge velocidad aprovechando las rachas de viento.
   Cuando se gira el sol ilumina su blanco cuerpo pintándolo con una púrpura dorada, es la luz del atardecer, entonces huele a sal, nota en sus alas el viento, reemprende el vuelo, ve el horizonte, detrás está la otra orilla.

   Se nota nuevo, renovado, ya no importa el reloj convertido en tortuga, porque ahora las tortugas tienen alas y acompañan al albatros que abre el pico lanzando cantos de alegría.  

1 comentario:

  1. Veo amigo Artur, que estás siguiendo el camino de los grandes maestros de la narración contemporánea. ¡Dónde llevan las malas compañías...! Haz sintetizado el lenguaje y ahora tus personajes no tiene ya nombres. Este relato, es un éxito seguro!
    Un saludos cordial desde Poble Nou, Barcelona.

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